Uno de los métodos que mas me gustaron (por lo fácil que era, aunque hay otros que daban mejor resultado) era simplemente triturar los tomates, ponerlos en una bolsa y al congelador hasta que hicieran falta.
Tomate triturado, cosecha del 2010. |
Pues este viernes cenamos pizza (de cerveza, claro) y tuve que usar la última bolsa de tomate congelado. Por una parte estoy contento y feliz ya que me ha durado el tomate desde el verano hasta enero del año siguiente. Por otra parte me da mucha pena y pereza, que tenga que ir a comprar tomate triturado en lata, donde además de comprar tomate tendré que obligatoriamente comprar ácido cítrico, sal, algún que otro conservador mas y puede que cualquier cosa mas que no pongan en los ingredientes. Además, la marca que me gusta (porque tiene menos conservadores y demás) le quita la piel y las pepitas al tomate, cosa que supongo que le gustara a alguien, pero lo que yo pienso es que me están quitando por lo menos la mitad de la fibra que tiene el tomate, y encima parece que les tengo que dar las gracias...
En fin, en nada sera primavera y la huerta empezara a florecer de nuevo y podré comer bien otra vez.
En fin, en nada sera primavera y la huerta empezara a florecer de nuevo y podré comer bien otra vez.
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