Monday 10 October 2011

Llegan las bellotas

En el jardín, tengo las encinas repletas de bellotas, gordas y casi listas para recoger.



La verdad es que cuando menciono algo parecido le gente se extraña mucho y me preguntan con una mezcla de espanto, terror e incredulidad.
"¿No te comerás las bellotas?"
Y claro que me las como, (peladas claro). El problema de las bellotas es la mala fama que tienen. Tanto echárselas a los cerdos es mal marketing y así es normal que la gente se espante al oír hablar de comer bellotas. También es que, de las cosas que se pueden hacer con las bellotas, las mas conocidas son dos de las peores. Comerlas crudas (fatal: malísimas, amargas, textura desagradable) y hacer un sucedáneo de café (también fatal, en tiempos de guerra a lo mejor lo haría, hasta entonces seguiré con el café de verdad).

Hay bastantes cosas muy interesantes que se pueden hacer con las bellotas, que iré escribiendo cuando las recoja y las vaya haciendo para poder poner alguna foto. Mientras tanto quería avisaros y espero que no os espante la idea de comer bellotas. Para que veáis que no solo es comérselas crudas, esta foto es de un pan que hice con harina blanca y algo de harina de bellota.

Pan con harina blanca y harina de bellota.

El pan salio muy rico, con un sabor más robusto y un color muy interesante. La textura y el sabor me recordaba un poco al pan de centeno.

Me gustan tanto las bellotas que ahora, si me llaman animal de bellota, me lo tomo como un cumplido.

2 comments:

  1. Muy buenas
    He llegado a tu blog buscando información sobre el uso de la bellota para el consumo humano. Por fortuna, tengo una parcela en Sierra Morena donde crecen varias encinas con bellotas 'dulces', y este año me voy a pasar unos días por allí en plan 'supervivencia', a comer bellotas, aceitunas verdes, almendras, higos, y lo que pille. Si tuvieses alguna que otra información al respecto sobre las bellotas, dímelo please. Gracias

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  2. Hola.

    El sábado, aprovechando que era festivo y no se podía hacer nada "útil" por la mañana, recogí un par de kilos de bellotas de las encinas situadas en las afueras de mi ciudad.

    Acto seguido asé algunas durante media hora en una lata de conserva redonda sobre el quemador pequeño de la cocina de gas con el mando al mínimo.

    El resultado ha sido bastante satisfactorio, ya que el asado suprime el ligero amargor que tienen en crudo.


    Lo difícil fue hacer la comida normal después.....

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