Ya he escrito algunas cosas que me gusta hacer con las bellotas (ver las
entradas de
bellotas asadas y
falafel
de bellotas) y hoy voy a contar dos cosas más que me gusta hacer con las
bellotas. Las dos cosas están relacionadas y es la forma ideal de usar las
sobras de un proceso para hacer otra cosa. Con la receta quedará claro.
Harina de bellotas
Empezamos recogiendo bellotas y pelándolas como expliqué en el post de
bellotas
asadas. Una vez peladas se asan a unos 200ºC unos diez o quince minutos más
o menos, hasta que estén bien tostadas. Ahora hay que triturarlo todo hasta que
quede bien fino, como harina. La forma más fácil es meterlo todo en un
molinillo de café o una trituradora/batidora de vaso.
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Las bellotas, listas para triturar. |
Al rato de usar la batidora nos damos cuenta que las bellotas están durísimas
y que hay trozos grandes. Tenemos dos opciones: seguir triturando hasta que
este todo bien fino (o tengamos que comprar una batidora nueva) o tamizar lo
que hemos conseguido hasta ahora, guardando tanto los trozos grandes (ahora os explico
que hacemos con ellos) como la parte tamizada.
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Las bellotas, ya trituradas, con algunos (bastantes) trozos grandes. |
La parte tamizada ya es harina de bellota y se puede usar, mejor mezclándola
con harina de trigo normal. A mi me gusta usar esta harina en mi receta de pan
básico cambiando un cuarto de la harina de trigo por harina de bellota. Queda
un pan muy rico, más denso del normal y con un sabor muy interesante, no muy
alejado del pan de centeno.
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Pan con harina blanca y de bellotas. |
Café de bellotas
Con los trozos grandes después de tamizar se pueden usar como sucedáneo del
café. Esto es en teoría, lo que pasa es que cuando lees esto (me paso a mi,
aunque a lo mejor solo soy yo...) piensas que la bebida será parecida al café,
y no. Es una bebida caliente que tiene un sabor que no se le parece al café y
que a mi no me gusta. Si lo queréis probar, mi método favorito es en una
cafetera de émbolo echar 3 ó 4 cucharaditas de la bellotas y unos 200ml de agua
hirviendo. Esperar un rato, presionar el émbolo y beber, leche y azúcar al
gusto. (Si no tenéis cafetera de émbolo hacer lo mismo en un recipiente y, después
de esperar un rato, se cuela en una taza y se bebe).
Como ya he dicho no me gusta el sabor del café de bellotas, lo que sí que me
gusta es hacer café sustituyendo lamitad más o menos del café por las
bellotas ya listas para café. Te sale un café con un sabor (además de a café) a
algo distinto agradable y muy rico, difícil de explicar como a nueces.
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La cafetera de émbolo, con el café de café y bellotas, poco antes de presionar y beber. |