Hasta aquí, todo bien (bueno, salpiqué un poco pero tampoco pasa nada). El problema fue al intentar poner el corcho en las botellas. Con el agua los corchos se habían expandido y, claro, no cabían bien en las botellas. Para esto se inventaron las maquinas para poner corchos, pero la que tengo yo esta muy mal y no se puede usar todavía. En fin, con algo de habilidad pude meter un par de corchos y, con una tabla de madera a modo de martillo, (mi intención era ser algo delicado, la otra opción era usar un martillo de verdad...) pude meter el corcho hasta una distancia aceptable. En otras botellas puse un corcho con plástico de eso que se cogen de las botellas de manzanilla.
Como podéis ver por la foto, no quedó mal del todo.
Vino de flores de diente de león, cosecha del 2011. |
Y ahora falta la parte más difícil, otra vez, que es esperar. Mínimo seis meses, y si al probarlo a los seis meses no está bien se deja otros seis mas. Hay que armarse de paciencia... Mientras tanto abriré otra botella de vino de uva comprado, es por ir guardando botellas para el siguiente lote.